Ese don Venancio Fernández, eje de la película es el hombre todo corazón y
honradez, se muestra con gran sensibilidad, nos hace reír y llorar en
escenas saturadas de humanismo. Pardavé ha logrado ratificar su calidad y
multiplicar el número de admiradores. Muy seguros en sus
intervenciones Alicia Ravel, Rafael Banquells y Horacio Casarín.
A pesar de que esta cinta repetía personajes y temática, se mantuvo en cartelera casi durante
un mes.
Periodo de exhibición en el D.F.: 13/06/1946 – 12/07/1946
El cine Chapultepec (1946) fue sede de la presentación de la secuela. No tuvo tanta
expectación como la primera, en parte por la reiteración de la temática y además dejó de
contar con la actuación inédita de un futbolista como fue la de Casarín. A diferencia de la
cobertura sobre
la nota deportiva principal era el homenaje a Martín Vantolrá por sus 25 años como futbolista
profesional, coronados con una buena actuación en la goleada del Atlante 6-2 sobre el
Moctezuma, partido donde Casarín “estuvo desafortunado” (Barón. 1946:15).
Pardavé volvió a generar elogios para su persona, mientras que el resto de los actores,
incluyendo a Casarín simplemente fueron aprobados:
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